domingo, 31 de mayo de 2009

DON FERNANDO Y LAURITA

* Juan Fernando Perdomo Bueno

Al querer “agarrar en curva” a Don Fernando García Roel, ex rector del Sistema Tecnológico de Monterrey, una queridísima promotora del campus central de Veracruz -que estaba junto a varios miembros del patronato en Córdoba- él, haciendo una pausa, pues se había dado cuenta de la broma le dijo:
-“… ¡lo que pasa es que usted es una lagartija muy apedreada!”…
¡Y todos soltamos la carcajada, con Doña Carmen, pues sabíamos que el Ingeniero es muy hábil para salir de los embrollos!

Cuando le cuento esto a Laurita, ella ríe y trata de disculpar a su marido, pero con confianza me dice: “Fernando siempre ha sido muy bromista”.

En “RECUERDOS DE UNA ÉPOCA”, escrito y publicado por los García-Molina para celebrar los primeros 50 años del TEC, y que yo recibí en Mayo de 1993 con una nota dedicada con el puño y letra de Laurita, pero firmada a nombre de los dos, la introducción corre a cargo del Ingeniero García Roel.

Así es: Don Fernando, con toda la mano de Laurita Molina de García Roel, su inseparable Dama, compañera, confidente, asesora,… Esposa, relata buena parte de su vida con el TEC.



Como la anécdota que, al inicio de su expansión en el país, un periodista le cuestionó la llegada de manos extrañas- el TEC DE MONTERREY- a tierras Sonorenses y él, con esa chispa extraordinaria le respondió:
- “… es una cucharadita del chocolate que yo tomo diariamente en Monterrey…”
El ex - gobernador, Faustino Félix, presente en la charla, arguyó:
-“¿Cómo? ¡Si usted es de Monterrey!”.
El rector emérito respondió:
-” Por supuesto. Pero mi esposa es Sonorense y sus manos son las extrañas que se meten en la educación superior de Monterrey”.
Don Faustino, sonrió:
-“Entonces está usted perdonado, Ingeniero”.

Y es que pocas parejas, pocos matrimonios, han sostenido una relación de complicidad y coordinación; de cariño y admiración mutuo; de UNIDAD, como Don Fernando y Laurita.

Así: ferlau@aol.com, de Fernando y Laura, es como está etiquetado su correo electrónico, que ella lee y responde.

Laurita Molina, “mujer bronca de Sonora, ya civilizada”, como ella se autodefine de manera espontánea, y con su carismático hablar que la muestra plena de juventud, nació en la ciudad de Fronteras, lugar cercano a Arizona, por cierta casualidad: Su papá y un socio habían adquirido un molino harina en Fronteras.

Pero muy pronto fue a dar a los Estados Unidos y, posteriormente a la ciudad de México.

Laurita estudiaba en una universidad Americana cuando Fer, estudiante de Ingeniería Química en México, nacido en Monterrey, regresaba a vacaciones patrias y se encontraron en el tren que iba de México a Monterrey, de donde ella continuaría su viaje.




Él - que seguramente ya había quedado atrapado con la inteligencia y atrayente conversación, que complementaba con la belleza personal de la joven- le ofreció que le hablaría el 15 de junio próximo…

Y, pasados los meses,… Fernando le habló, quedando así sellado un pacto del que sería el Aniversario “de a de veras”, de toda su vida.

Aquel encuentro resultó, a decir de Laurita, el del hombre al que atrapó en el viaje del tren.

Fernando y Laurita duraron 3 años de novios. Aunque él ya iniciaba su trabajo, allá por 1944, como profesor de Química y Matemáticas en esa “vieja casona” cercana al casino Monterrey, en el centro de la ciudad, donde inició el INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY (ITESM), a ella le faltaban 2 años de universidad.



Fue en 1946 cuando, en los Estados Unidos, de manera “práctica y sencillita, con una docena de amigos de la Universidad, y familiares” incluida la mamá de Laurita, celebraron su matrimonio civil-religioso y una recepción con “Ponche y Pastel”.

Lo más trascendente viene después: 40 años en el Tec de Monterrey; 25 años de Rector…

Y Don Fernando, con su característico humor, decía, “..Pero, no los sumen, que entonces la cuenta no da…”

Sí, 25 años de rector en los que inició la expansión del TEC DE MONTERREY por todo México, con el respaldo de la los Consejeros encabezados, en un principio, por Don Eugenio Garza Sada- asesinado vilmente en 1973, recién llegaba yo a estudiar a Monterrey- y, luego, respaldado por Don Eugenio Garza Lagüera, recientemente fallecido a la edad de 84 años; Pero, no cabe duda- él mismo lo acepta de alguna forma- Laurita jugó un papel importantísimo.

¿Cómo los conocí?



La primera vez que estreché la mano de Don Fernando fue en un festival de la Canción del internado del TEC, en Monterrey. Al entregarme un Diploma me dijo:
-¿De dónde eres, Perdomo?
- De Córdoba, Ingeniero.
- ¿Qué eres de Rodolfo Perdomo Catalayud?, me dijo, cambiando letras del segundo apellido de mi papá.
- Soy su hijo, le dije sonriendo, por esa confusión de letras.
- Yo fui su profesor, me dijo. Me lo saludas.

A partir de ahí, lo encontré seguido asistiendo a los eventos culturales, la Revista Musical, el Concierto ensamble,.. y, al finalizar la función, subía al escenario a felicitarnos… acompañado por una Dama de gran personalidad y emoción: Laurita, su esposa, que disfrutaba enormemente del ambiente estudiantil y artístico.

Recuerdo que en el 3er Festival de la canción, en Monterrey, en 1977, después de interpretar una canción que compuse llamada “¿Qué pasará?”, y que escribí como despedida al TEC, a mi vida de estudiante universitario, Laurita fue especialmente efusiva manifestándome que la canción le había encantado.

¿Quién me diría que 7 años después, en Córdoba – en un “recorrido de despedida”, pues Don Fernando se Jubilaba- Laurita me pediría que le cantara esa misma canción, ahora como su despedida del TEC, con la presencia de los Consejeros y socios activos del campus central de Veracruz? ¡Que ya, entonces, teníamos en Córdoba!

Así es. En 1980 iniciábamos en Córdoba-Fortín-Orizaba y la región, los estudios para el que sería la Unidad -el campus- número 13 del Sistema TEC DE MONTERREY gracias al apoyo de cientos de empresarios, Padres de familia y de los propios medios de información, pero con el respaldo de Don Fernando, rector del Sistema; el Doctor César Morales, Vicerrector de la zona Sur y, nuestro primer director, Jaime Fuentes.




En esas épocas, las visitas de Don Fernando, con su inseparable esposa, eran verdaderos acontecimientos para la comunidad TEC.

Ella, Laurita, admiraba la vegetación de la región y manifestaba su impresión de ver tanto verde, además de que le encantaban las gardenias, de las cuales siempre se llevaba un arreglo.

Don Fernando, por su parte, nos comentaba:
-Es tan rica la tierra veracruzana que hasta flores se dan en los cables de teléfono, señalándonos en las calles de Córdoba y la carretera a Veracruz, donde tomaban el avión para regresar a Monterrey.




Él, al visitarnos, fue siempre sencillo… y cuidadoso. Cuando un reportero se le acercaba a una entrevista sobre el campus central de Veracruz, decía:
-“Pregúntenle a los consejeros de aquí. Yo sólo soy un invitado”.

Una vez lo visité en Monterrey, sin cita, por no tener previsto ese viaje y pensando que no lograría verlo, por sus ocupaciones, me sorprendió que amablemente hiciera un espacio en su agenda para atenderme.

Platicamos de la Unidad en Córdoba y, después de un rato me preguntó:
-¿Cómo te fue en calificaciones cuando estudiaste aquí?
Yo, un poco extrañado de la pregunta, le dije que más o menos bien.
Y levantándose y dirigiéndose a un mueble con varios cajones, extrajo un fólder. Yo seguía confundido…y entonces me enseñó unas boletas…
-Estas son las calificaciones de tu padre, cuando yo le di clases.
¡Tenía guardadas TODAS las boletas de los que habían sido sus alumnos en Monterrey! Y ya tenía 30 años que mi Papá se había recibido del TEC DE MONTERREY.

Ya han pasado largos años de eso…

Aquí, en Córdoba, por los casi 800 profesionistas egresados, mas los titulados de prepa, maestría y Doctorado, y por los empleos que ofrece el campus, estamos en deuda con Don Fernando y Laurita.

Y aunque su nombre está grabado en nuestros corazones, debe estar grabado en piedra permanentemente.

El SISTEMA TECNOLÓGICO DE MONTERREY ha continuado su expansión y consolidación, primero bajo el Liderazgo de Don Eugenio Garza Lagüera, ahora con Don Lorenzo Zambrano, como Presidente, y de Rafael Rangel, como Rector.

El TEC cuenta con 32 campus universitarios en México, aparte de otros centros como el TEC MILENIO; la UNIVERSIDAD VIRTUAL; las SEDES en México y otros países; los CENTROS COMUNITARIOS DE APRENDIZAJE (CCA) y, recientemente, los IDESS (Institutos de desarrollo social sustentable), del cual ya tenemos uno en Cuichapa, Veracruz, con el nombre de “Doña Juanita Jácome de Zúñiga”, gracias al apoyo de nuestro consejero fundador el Ing. Humberto Zúñiga Jácome.

La historia del Tec de Monterrey es una historia de Éxito. Relatarla aquí sería poco más que imposible y ocioso, pues por sus frutos se le conoce. Pero, hablar de Don Fernando y Laurita, además de que merecido lo tienen, es todo un placer poder hacerlo.


Actualmente viven en Torreón, Coahuila. Nos comunicamos por correo electrónico y, eventualmente-no tan seguido como quisiera- nos ponemos en contacto por teléfono y charlamos como si los tres estuviéramos en el mismo aparato telefónico, y viviéramos todo, otra vez.

Y, mientras, el árbol del TEC de MONTERREY, cubre casi toda América Latina y muchas partes del viejo continente y Asia, mostrando sus frutos, que son el resultado de muchas personas pero, especialmente, de estos dos personajes, que parecen uno sólo.

Laurita me dice, después de una larga conversación telefónica, que les llega la hora de su “copita de vino” como aperitivo y de escuchar una buena música, que les llena el espíritu. Ya busca estar cerca de su Fer.

Y se despide de mí, a nombre de los dos, al decirme:
-“Gracias por llamarnos, Tocayo… de mi marido”, demostrando así que Fernando y Laura siempre, pero siempre, serán también uno.

Laurita. Don Fernando. Como usted dice: “Genio y Figura… “

¡Se les quiere mucho!

MIS VIVENCIAS CON MI MAESTRO

* Dr Gonzalo Mitre Salazar
Marzo de 2009.

(NOTA: las fechas aquí expuestas son aproximadas; de ninguna manera deben tomar evidencia en los sucesos aquí relatados)

MI PRIMERA REPROBADA

Era el mes de febrero del año 1958. Me inscribí en la clase de Ing. Química III. Éramos un grupo de 14 alumnos de 2 generaciones, septiembre 1954 y enero 1955, a la cual yo pertenecía.
El horario era de 8 a 9, diaria, en el un salón de Aulas I, 2o. Piso.
En esos años yo vivía en un apartamento en Constitución y Venustiano Carranza, lo que nos tomaba de 20 a 30 minutos, dependiendo si conseguimos o no, un “aventón” oportuno.

Debo reconocer que con cierta frecuencia llegaba tarde a la clase, pero nunca falté, y el Ing. García Roel no ponía retardos, como sí lo hacían otros maestros, que usaban varias reglas: “la ley del cuarto”, 2 retardos una falta, o cambio falta por un trabajo extra de la clase. De alguna manera se podía negociar.

Con el Ing. García Roel había una sola opción: retardo o falta es falta.

El día del examen final no fui aceptado a tomarlo por exceso de faltas. Reprobado automáticamente. Fui al examen extraordinario con el Ingeniero, que previamente me citó un día a las 3 PM, en sus oficinas de la Dirección Escolar y llegué a las 2:30 PM. Me preguntó si había aprendido la lección y le contesté “por supuesto, ya estudié todos los capítulos de la clase”, “me refiero a tus llegadas tarde” me contestó. Le respondí “es que no sabía que con usted no se puede negociar” y me contestó “con las reglas y las leyes no hay negociación”.

Esta clase de Ing. Química III fue un aprendizaje alto en mi vida: si pones reglas tú eres el primero en seguirlas y las debes ejecutar.

Mi primer reprobada en el TEC y ….. la única en mi vida. Valió la pena.

Posteriormente cuando fui Director de Carrera (de IMA e IIS) al formular los reglamentos para alumnos con frecuencia declaré, en las reuniones de Directores, este principio: Si se va a poner esta regla, los primeros a cumplirla somos nosotros; si no la vamos cumplir hay que quitarla del reglamento.


ALGUNAS VECES SI HAY UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Después de mi regreso del Doctorado me asignaron nuevamente la Dirección del Depto. de Ingeniería Industrial, que tenía a su cargo la carrera de IMA.

Estuve colaborando en varios comités académicos, entre ellos la revisión del Reglamento de Alumnos. Recuerdo que en 1974, era un jueves, después de las 8 PM en el Hotel Ancira, al finalizar una reunión donde participamos más de 20 Directores de departamento en la revisión del Reglamento de Alumnos, recibí una invitación del Director del Campus donde me citaba el Rector, el día siguiente a las 8 AM.

El viernes me platicó el Ingeniero, que se estaba abriendo un nuevo Campus en el Estado de México. En ese tiempo ya existía la Escuela de Graduados en Administración en la Ciudad de México y se quería repetir este éxito. Me invitó a que fuera a visitar el terreno y ver lugares para mi residencia, ya que quería que yo fuera responsable de este proyecto. Le pedí soporte para que mi esposa Beatriz me acompañara, lo cual aceptó de inmediato.

El sábado Beatriz y yo tomamos el avión a la Cd. de México y de allí nos llevaron a ver el terreno del Campus, algunas escuelas cercanas para los hijos (tenían 7, 5 y 3 años) y lugares de casas residenciales. En principio nos gustó el proyecto, mas no el estilo de vida que percibimos en el área metropolitana del D.F. Demasiado tráfico, escuelas de primaria para los hijos con 1,500 alumnos vs. 300 aquí en Monterrey. Tomamos la decisión de quedarme en Monterrey.
Algunos amigos del Tec, me comentaron con palabras más o menos este mensaje: “hay oportunidades únicas en la vida, y tu ya la perdiste”.

Este no fue mi caso. Años después recibí del Ing. García Roel la tarea de formar el Departamento de Estudios de Factibilidad de Unidades Foráneas y posteriormente la Rectoría de la Zona Norte.


LAS EDADES DE UNA PERSONA

Al final de una Asamblea de ITESM, en 1986 o 1987, ya retirado el Ingeniero, un grupo de compañeros platicábamos con él, y nos preguntó “¿saben cuales son las edades del hombre?”. No faltó algun sabiondo que contestó: La edad de Piedra, ……etc. El Ing. contestó: “me refiero a la de una persona; recuerden: son 4 edades y la voy a ejemplicar en mi persona”.

La primera edad es cuando me decían Fernando, la segunda me llamaban Ing. García Roel, la tercera edad llegó y me saludan como Don Fernando”. Se quedó callado y alguien le contestó. “usted nos dijo que son 4, falta una”. Se quedó pensando unos momentos y nos contestó, “la 4ª. edad la acabo de vivir hoy que estaba en la entrada a la Rectoría: “alguien me preguntó -¿le puedo ayudar a subir las escaleras, Don Fernando?”-. Cuando te hagan esa pregunta es que ya estás en la 4ª. edad.”


INNOVACION COMO FORMA DE VIDA

Una de las aportaciones que hicimos el grupo de profesores de Ingeniería Industrial en 1972 a 1974, fue el diseño y la implementación de la carrera de Ingeniería Industrial y de Sistemas, que por primera vez, en México y Latinoamérica se ofreció en Agosto de 1972.

Cabe mencionar un poco de historia de esta carrera. En los años 1947 o 1948, el Ing. Elliot Camarera, quien era Director de Ingeniería del TEC, inició la carrera de Ingeniero Industrial Administrador, equivalente a un Plan de Estudios del MIT en Estados Unidos. Desgraciadamente esta carrera tuvo que cerrarse en 1952 por falta de alumnos y de oportunidades de trabajo. La Visión del Ing. Camarera hizo que se diseñara la carrera de Ing. Mecánico Administrador en 1954 y la de Ing. Químico Administrador en 1956. En ambas carreras un núcleo importante son las materias de Ing. Industrial, Contabilidad y Finanzas e introducción al Derecho, entre otras.

Los primeros egresados de IMA, cuenta la historia, fueron aceptados en las empresas como Ingenieros Mecánicos, la “A” era un extra, que pocos entendían, “¿Cómo es posible juntar 2 conocimientos tan diferentes? Un Ingeniero es para que esté en la fábrica y el administrador en las oficina”. Comentarios como éste salían con frecuencia.

Sin embargo, el tiempo le dio la razón al Ing. Camarena. En los años 60 y posteriores, los IMA eran requeridos en la industria, más por la “A” que por la “M”. Con frecuencia se nos preguntaba, tanto alumnos como empresarios ¿porque no hacen la carrera de Ing. Industrial?

La carrera se inició en 1972 con gran éxito, a costa de otras carreras que bajaron su alumnado. Fue la primera vez que el TEC aceptó iniciar una carrera simultáneamente en los 4 primeros semestres. Esto hizo que muchos alumnos de IMA y algunos de IQA y otras carreras solicitaron su cambio a IIS. En el primer año tuvimos más alumnos en IIS que en IMA.

En 1976 me visitó el Director de los Institutos Tecnológicos Regionales de la Secretaría de Educación Pública Federal. Le interesaba mucho conocer nuestro programa de IIS y ver la posibilidad de iniciarlo también en estos Institutos.

Al final de la plática me pidió el plan de Estudios y con gusto le regalé un Catálogo del TEC, donde aparecían todas las carreras y sus planes estudio y una breve descripción de las materias por Departamento.

El funcionario me pidió los programas de estudio detallados de cada clase de Ingeniería Industrial y de las de Ing. de Sistemas (no computacionales) que eran una innovación importante en la Escuela de Ingeniería. Mi contestación fue un no rotundo.

Le contesté amigablemente: “esta información nos ha costado mucho tiempo y esfuerzo y no creo que sea justo que tu le lleves todos esto, en esta visita”. Trató de convencerme y no pudo. Se despidió de mí amablemente y quedamos seguir platicando.

A los 15 minutos recibí una llamada por teléfono del Ing. García Roel, y que dijo: “estuvo conmigo el Director de Tecnológicos Regionales de la SEP y me comenta que no quieres darle la información detallada de los cursos ¿Por qué?”.

Le contesté: “Ingeniero esto nos ha costado mucho esfuerzo y no me parece que se lo lleven y nos hagan la competencia”. Respondió “Gonzalo, dentro de 4 años que inicien esta implementación, si bien les va, ¿tu vas a tener el mismo plan de estudio?” -“por supuesto que no, ya estamos cambiando algunos temas de más actualidad, como Simulación, bla, bla,….- "

“¿Entonces vas a tener competencia?” Le contesté: “Ingeniero está claro el mensaje. Si le vuelve hablar dígale, por favor, que se comunique conmigo”

“Gonzalo, no te preocupes, no me va llamar a mi. El Director estará en tu oficina en unos minutos”.

Apenas terminé, y recibí la llamada de mi asistente: “ aquí está nuevamente el Director de Tecnológicos de la SEP y quiere hablar con usted?”.- Dile que pase-.

En menos de 30 minutos le entregué los planes detallados de cada materia de Ing. Industrial y de Ing. de Sistemas y le di además, un juego de Apuntes escritos por nuestros maestros como regalo.

Aprendizaje rotundo: Para que la competencia que te copie no te haga daño, tienes que estar innovando constantemente.

Aproximadamente después de 5 años se inició la carrera de Ing. Industrial en los Tecnológicos con una estructura similar a nuestro programa. Las materias de Ing. de Sistemas no se incluyeron lo cual nos siguió dando una ventaja diferencial con ellos y otros programas.


¿FINGES? 0 ¿FUNGES?

En una ocasión, en 1984, después de la graduación de alumnos del Campus Guaymas, comiendo ya en ambiente relajado, salió en la conversación la situación que vivió el TEC, a la salida del Rector Ing. Víctor Bravo Ahuja como subsecretario de Educación en el Gobierno Federal. Fue en los primeros meses de 1960.

La pregunta concreta que le hizo al Ing. García Roel fue: quién fue designado como substituto durante 3 o 4 meses, antes que se le designará como el nuevo Rector en mayo, antes de las graduaciones.

El Ingeniero nos comentó que siguió el consejo de su amigo, el Lic. Eduardo Elizondo, quien 10 años después fue Gobernador del Estado de Nuevo León.

El consejo que recibió fue: FINGE QUE FUNGES Y FUNGE QUE FINJES.

Su traducción o como yo le entendí, dice: Haz como que eres el Rector y actúa como que no sabes.

UNA PROBADITA

En 1983 yo ocupaba el puesto de Director de Estudios de Factibilidad de Unidades Foráneas. En esos años había varias solicitudes de comunidades, principalmente con un líder Ex.A.Tec, que querían tener una “sucursal del TEC”, en su ciudad. Mi función era visitarlos y hacer estudios básicos en 3 aspectos: cantidad de alumnos probables para preparatoria y para profesional, que carreras necesitaba la región y disposición de los interesados en aportar un terreno de 20 hectáreas más la inversión para la construcción de los edificios necesarios.

Fue a finales de enero cuando el Ing. me propuso como Director Asociado a la Rectoría Zona Sur, con sede en el Estado de México, para que me hiciera cargo de las Unidades en el Norte de la República: Saltillo, Torreón, Chihuahua, Cd. Obregón y Guaymas.

Mi jefe inmediato era el Rector de la Zona Sur a quien solamente lo ví el momento que fui asignado a ese puesto, ya que toda la información requerida se la daba personalmente al Ingeniero.

Posteriormente a que fui designado como Rector de la Zona Norte, le pregunté al Ing. ¿Por qué se había inventado el puesto de Director Asociado?, cuando no existía otro comparable en la organización del TEC.

Me contestó: “hice la designación para darte una probadita, para ver si podías con la responsabilidad y también para asegurar que los Directores de las Unidades de la Zona Norte te aceptaban; un fracaso en cualquiera de las dos, sería muy fácil tu substitución, Además, que el nombre del puesto no afectaba a los que se creyeron merecedores de una Rectoría de Zona”.

En el mes de mayo de 1983 pasé la probadita. Fui nombrado Rector de la Zona Norte hasta el día de mis cumpleaños en 1988, cuando me retiré del Tec.

EL PASTEL DE LA BUROCRACIA

En una de las juntas mensuales que tuvimos, los Rectores de Zona con el Ingeniero, acaba de tomar posesión un Presidente de la República. Como pasa en algunas ocasiones, algunos de nosotros estábamos muy optimistas.

Me acuerdo nuestro comentario de “Ahora sí la vamos hacer. Con el nuevo Presidente haremos más fácil los trámites en la SEP de Certificación de títulos, las aprobaciones de Planes de Estudio de nuevas carreras, etc.”

El Ingeniero nos observó como discutíamos y al final nos mandó este mensaje “Señores, el gobierno es como un pastel; la burocracia es la masa y los políticos que llegan es el betún; cada cambio solo se renueva el betún, la estructura es la misma; no se hagan ilusiones”. Y así fue, ningún cambio relevante fue aceptado en ese sexenio.

VACACIONES TODO PAGADO

Cuando Laurita y Don Fernando vivieron en Mc.Allen nos reunimos algunas veces en su casa, a platicar con amigos del Tec. Una vez nos invitaron a un almuerzo en el restaurante del Club de Golf de Mc.Allen, ya que eran socios porque Laurita jugaba tenis.

La invitación fue después de que acababan de regresar de su viaje a Europa o China, no recuerdo, y nos comentaron sus extraordinarias vivencias; los lugares que visitaron, la comunicación con diferentes culturas, etc.

Al final, durante el café y los postres, Don Fernando comentó. “Además de todo esto, resulta que todo fue pagado por mis hijos”. Laurita solamente sonrió sin hablar. Todos comentamos “que gran apoyo de sus hijos, “es lo menos que podían esperar ustedes”, etc.

A final Don Fernando agregó, “sí es cierto, ¡mis hijos me lo están pagando de la herencia que les voy a dejar! “

BIBLIOTECA “FERNANDO GARCIA ROEL” TEC CCV

G
Campus Central de Veracruz (Septiembre 2008)

Estamos reunidos no sólo para cumplir nuestra palabra en EIEVAC, sino para hacer un reconocimiento al Ingeniero Fernando García Roel, quien fuera rector del Tecnológico de Monterrey durante 25 años e iniciara la expansión, de lo que ahora se llama “SISTEMA TECNOLOGICO DE MONTERREY”, en la década de los 70s, bajo la presidencia de Don EUGENIO GARZA SADA Y DON EUGENIO GARZA LAGUERA, en EISAC la asociación que auspicia y patrocina al ITESM.

El Ing. García Roel nació en la ciudad de Monterrey Nuevo León el 14 de Agosto de 1921, siendo hijo de agricultores y productores de naranja, de la zona de Montemorelos, Nuevo León.

Realizó sus estudios básicos y preparatorios en Monterrey y, al tomar la decisión de sus estudios profesionales, se trasladó a la Ciudad de México a cursar la carrera de Ingeniero Químico en la UNAM- ya que esta no se impartía en Nuevo León- y de la que se graduó en 1943.

Fue en uno de estos viajes en ferrocarril, entre México y Monterrey, que conoció a el Amor de su vida, la sonorense Laurita García Molina a quien siguió, una vez concluidos sus estudios universitarios hasta el Estado de Florida, donde ella estudiaba para, primero, realizar estudios de postgrado y, posteriormente, casarse con ella en 1946.

Nuestro homenajeado se inició, a mediados de la década del los 40s, como profesor de planta en el Tecnológico de Monterrey, fundado en 1943, precisamente hace 65 años, en materias como matemáticas y, por su puesto, química en las que se volvió una leyenda, ya que se distinguía por ser un profesor que nunca faltaba y nunca llegaba tarde.

Bueno, nunca es mucho decir, porque Don Fernando si faltó a clases: Una vez.
Esto sucedió el día en que nació su primer hijo: Fernando, ya que a éste se le ocurrió llegar a las 8 de la mañana, hora en que el Ing. García Roel tenía clases.
Esta situación hizo que Laurita y Don Fernando programaran el nacimiento de Héctor, su segundo hijo, para un horario que no interfiriera con las actividades educativas de nuestro homenajeado, naciendo a las 9 de la noche, por lo que no hubo ninguna interrupción.

Así, García Roel fue profesor por 15 años.
Nos cuenta Laurita:

“En Septiembre de 1958 corrió la noticia de que el Ing. Víctor Bravo Ahuja, entonces Rector del Tecnológico de Monterrey, sería llamado a servir en el Gabinete del Presidente electo Adolfo López Mateos….

“El Ing. Bravo Ahuja pidió un año de licencia… y se despidió de Monterrey- ya con la designación de Sub Secretario de Educación Pública- con admiración, algo de envidia y muchos parabienes…

“Cinco eran, aparentemente, los candidatos a suceder al Ing. Bravo Ahuja: Jose Emilio Amores, Elliot Camarena, Emilio Guzmán Lozano, Alfonso González Segovia y, posiblemente, Fernando García Roel.
Fernando no acababa de encajar bien en la lista porque, además de ser el “bronco norteño”, venía de una familia liberal que no se identificaba con el medio conservador y clerical.

“Fue un año amargo. Pues un mando dividido en cinco partes es siempre un mando débil, que además genera inseguridad. De ahí que Fernando sostenga que el cambio debe ser claro, definitivo.

“Don Eugenio Garza Sada, fundador y presidente del consejo… era… un hombre líder que imponía su voluntad, muy a pesar de su aspecto tímido y su peculiar estilo reservado.

Y el Ingeniero García Roel era el AS bajo la manga, siendo el cuarto rector del Tecnológico de Monterrey de 1960 a 1985- ¡25 años!- iniciando en la década de los 70´s, como ya lo mencioné, el proceso de expansión del Tecnológico de Monterrey, curiosamente en el Estado de Sonora, en Guaymas.



Al inicio de la expansión en el país, un periodista le cuestionó la llegada de manos extrañas- el TEC DE MONTERREY- a tierras Sonorenses y él, con esa chispa extraordinaria le respondió:

- “… es una cucharadita del chocolate que yo tomo diariamente en Monterrey…”
El ex - gobernador, Faustino Félix, presente en la charla, arguyó:
-“¿Cómo? ¡Si usted es de Monterrey!”.
El rector emérito respondió:
-” Por supuesto. Pero mi esposa es Sonorense y sus manos son las extrañas que se meten en la educación superior de Monterrey”.
Don Faustino, sonrió:
-“Entonces está usted perdonado, Ingeniero”.

Y así, siguió con otros campus en los estados de México, Sinaloa, Guanajuato, Querétaro, Tamaulipas, Chiapas y por su puesto, el CAMPUS CENTRAL DE VERACRUZ, por mencionar tan sólo unos de ellos.

Razones de sobra hay para confirmar que el Campus Central de Veracruz era -y sigue siendo- uno de los favoritos de los García Roel.
Para constatarlo, en su libro “RECUERDOS DE UNA ÉPOCA” hay un amplio espacio dedicado a reseñar el cariño con el que siempre fueron recibidos, Don Fernando y Laurita en esta región.

Una anécdota que me tocó vivir fue que, en el 3er Festival de la canción, en Monterrey, en 1977, después de interpretar una canción que compuse llamada “¿Qué pasará?”, y que escribí como despedida al TEC, a mi vida de estudiante universitario, Laurita fue especialmente efusiva manifestándome que la canción le había encantado.

¿Quién me diría que 7 años después, en Córdoba – en un “recorrido de despedida”, pues Don Fernando se Jubilaba- Laurita me pediría que le cantara esa misma canción, ahora como su despedida del TEC, con la presencia de los Consejeros y socios activos del campus central de Veracruz? ¡Que ya, entonces, teníamos en Córdoba!

Así es. En 1980 iniciábamos en Córdoba-Fortín-Orizaba y la región, los estudios para el que sería la Unidad -el campus- número 13 del Sistema TEC DE MONTERREY gracias al apoyo de cientos de empresarios, Padres de familia y de los propios medios de información, pero con el respaldo de Don Fernando, rector del Sistema; el Doctor César Morales, Vicerrector de la zona Sur y, nuestro primer director, Jaime Fuentes.



Una vez visité Monterrey y, sin cita, por no tener previsto ese viaje y pensando que no lograría verlo por sus ocupaciones, el Ingeniero me sorprendió amablemente haciendo un espacio en su agenda para atenderme.

Platicamos de la entonces Unidad en Córdoba y, después de un rato me preguntó:

-¿Cómo te fue en calificaciones cuando estudiaste aquí?
Yo, un poco extrañado de la pregunta, le dije que más o menos bien.
Y levantándose y dirigiéndose a un mueble con varios cajones, extrajo un fólder. Yo seguía confundido…y entonces me enseñó unas boletas…
-Estas son las calificaciones de tu padre, cuando yo le di clases.
¡Tenía guardadas TODAS las boletas de los que habían sido sus alumnos en Monterrey! Y ya tenía 30 años que mi Papá se había recibido del TEC DE MONTERREY.


En esas épocas, las visitas de Don Fernando, con su inseparable esposa, eran verdaderos acontecimientos para la comunidad TEC en Veracruz.

Ella, Laurita, admiraba la vegetación de la región y manifestaba su impresión de ver tanto verde, además de que le encantaban las gardenias, de las cuales siempre se llevaba un arreglo.

Don Fernando, por su parte, nos comentaba:
-Es tan rica la tierra veracruzana que hasta flores se dan en los cables de teléfono, señalándonos en las calles de Córdoba y la carretera a Veracruz, de donde tomaban el avión para regresar a Monterrey.

Él, al visitarnos, fue siempre sencillo… y cuidadoso. Cuando un reportero se le acercaba a una entrevista sobre el campus central de Veracruz, decía:
-“Pregúntenle a los consejeros de aquí. Yo sólo soy un invitado”.

Fue precisamente en su ultima visita al campus central de Veracruz en la que Don Fernando develó un letrero en el que se denominaba “Fernando García Roel” a nuestra biblioteca, con el compromiso que, al tener concluidas las instalaciones definitivas, lo invitaríamos para develar la placa con su nombre.



Y así nos esforzamos, con el apoyo de toda la comunidad de la zona centro del estado de Veracruz, por concluir este edificio que se denomina CENTRO DE COMPETITIVIDAD INTERNACIONAL o CCI y que alberga el centro de Cálculo y la ahora Biblioteca FERNANDO GARCÍA ROEL.

Seguramente la decisión de dejar su encargo como rector del sistema Tecnológico, no fue nada fácil como tampoco lo habrá sido el rechazar múltiples invitaciones a los campus de manera permanente, insistente, por parte de los consejeros, por una razón, no solo de forma sino de fondo:
El respeto al nuevo sucesor, el doctor Rafael Rangel Sostmann quien, junto con el equipo de Vicerrectores del sistema y Rectores de zona, funcionarios, Consejeros, Directivos, Profesores, Empleados y alumnos, siguen dando, cada día, más presencia con calidad Académica y compromiso social comunitario, en muchos lugares, no sólo de México, sino del Mundo.

Hoy, EIEVAC, el Campus central de Veracruz y la Sociedad Veracruzana ¡Cumplimos nuestra Palabra!


Nos da gusto que esté entre nosotros el Dr Héctor García Molina, el segundo de los hijos de Don Fernando y Laurita para que reciba el testimonio de gratitud y reconocimiento que le tenemos a sus papás.

Gracias a ellos. Gracias a la visión, respaldo y Liderazgo de Don Fernando, con la mujer que siempre ha sido su confidente y compañera; gracias al Tecnológico de Monterrey, miles de jóvenes han tenido la oportunidad de contar con una educación de alto nivel en una de las regiones más bellas de México.

Héctor: Te pedimos que se los digas a los dos. Hoy queda plasmada en esta placa, de manera simbólica, el cariño, respeto y admiración que les tenemos. Y aunque siempre se los hemos manifestado por teléfono y hasta por correo electrónico, hoy queremos hacerlo en persona contigo, que eres parte de esa gran familia.

¡Los queremos mucho y los tenemos siempre con nosotros!
FELICIDADES Y MUCHAS GRACIAS

JUAN FERNANDO PERDOMO BUENO